Sin duda no era una chica diez, era justo lo contrario al éter.
Pero se sentó al otro lado y no me miro. Aquella chica al parecer tan imperfecta, ni siquiera dirigió una simple mirada a mis brillantes ojos verdes; eso la hizo tan perfecta... ...tan perfecta para mí.
En aquel café había muchas chicas, todas revoloteaban a mi alrededor.
La indiferencia marco la excepción, y fue aquella chica imperfecta quien me enamoro.
Ahora la busco siempre en aquella mesa, ya no recuerdo su rostro; pero sé que no sera ella, cada chica que mira mis ojos; no, ella no puede ser.
"Solo aquel al que pregunte por mis virtudes y conteste con mis defectos, sera digno de mi mirada"
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