sábado, 1 de septiembre de 2012
Inside.
En el atardecer vi los colores del mundo, mi adolescente pupila azul contemplo la pasión de un cielo rojo fundido en un azul cristalino de playa, sin olas, en calma, como a mi me gusta. Yo, pecadora, cerré mis ojos y bañe mis sentidos en arena; yo, soñadora, creí oír a septiembre prometiéndome la vida eterna; yo, ingenua, accedí a sus antojos desnuda entre algas; yo, arrepentida, traje el llanto rompiendo el cielo con nubes oscuras; yo, enfurecida, enseñe mi voz mientras la tormenta acompaño con su redoble.
Yo, despertaba en el anochecer, entendí lo que ven mis ojos -un instante- un instante en la eternidad.
Pero son mis ojos en la claridad los que se cierran y son también ellos en la oscuridad los que sufren; son ellos los que me engañan, mañana no existe. Son mis labios y mis manos los que se aferran a un igual a ellos, es mi mente la que pide emanciparse del mundo y son mis sentimientos los que me hacen vulnerable ante él.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)